sábado, 26 de diciembre de 2009

Mi derecho al oxígeno

Esta mañana lo primero que he hecho ha sido echar toda mi ropa de anoche a lavar, salvo un pantalón que lo he puesto a que le dé el aire. La razón es que anoche salí y el pestazo a tabaco aun queda impregnado en la ropa. Por supuesto anoche mis pulmones y mi voz iban siendo conscientes de ello a medida que iba pasando la noche. Estoy deseando que aprueben ya la ley que impida fumar en bares en este país. No tiene ningún sentido que se permita realizar una actividad tan irrespetuosa con los demás como fumar en sitios cerrados.

He estado visitando últimamente ciberlugares donde fumadores defendían a capa y espada su derecho a seguir fumando en bares, y todos apelaban a su derecho a fumar. En ningún caso se hablaba de mi derecho a no fumar, de mi derecho al oxígeno, de mi derecho a conservar la voz. Y por supuesto tampoco se hablaba de aquellos trabajadores de la hostelería que tienen que pasar tantas horas al día en lugares tan agresivos contra la salud, o de aquellas personas que por problemas de asma, bronquios, pulmón u otros no pueden estar en bares por la humareda que el "derecho a fumar" de unos cuantos implica.

Estoy muy harto de este debate y de esta situación y espero que esta vez la ley sea de verdad y no la broma que sacaron hace unos años.

Saludos,
Miguel Blanco Otano