viernes, 17 de septiembre de 2010

Refrescante viento huracanado

Recuerdo de chico cuando iba con mis padres (de mayor también me pasa, pero los primeros recuerdos de todo en la vida es lo que mejor conservas) y parábamos con el coche en miradores y sitios así con viento. Solíamos parar y me ponía de frente al viento y me daba todo en la cara, bien frío, bien fuerte. Salían despedidas todas las "legañas" entumecidas del coche, se estiraban los músculos y recordabas, después de tantas horas de coche que tus rodillas podían de nuevo estirarse, y los brazos, y podías correr y saltar fuera de aquellas cuatro latas.