En mi opinión, el porcentaje que cada ciudadano paga de impuestos está mal concebido. Quizás no sea mala idea del todo que cada uno pague más o menos según cuánto gana, al fin y al cabo es una manera de compensar y ayudar a que todos podamos vivir mejor, ayudando al más necesitado. Sin embargo, hay un paradigma que queda olvidado en la mayoría de los casos, y que sólo se aplica en contadas excepciones, como los impuestos de lujo.
Mi propuesta de nuevo paradigma de la contribución fiscal sería el paradigma de la aportación social de cada trabajo. Sería cuestión de crear un baremo o categoría de aporte social de cada tipo de trabajo o negocio para saber cuánto estás aportando para mejorar la sociedad en la que vives y de la cual extraes tu negocio.
Maestro, médico, bombero o policía son profesiones que en consenso de todos son más que necesarias, llegando al punto de que es el estado el que las paga y mantiene. ¿A qué viene pues cobrar impuestos a estos profesionales? Estas profesiones estarían en el baremo 0 (cero) de tributación a impuestos, no pagando nada en su IRPF. Si tu profesión es comerciante, tendero, o peluquero, pagarías algo más (1, 2, ó 3 según casos) y si tu ocupación es una ocupación de lujo (futbolista, prensa rosa, especulador en bolsa,...) pagarías cuotas más altas (5, 7, 10,...) de formas que tendríamos una manera de regular que la gente se dedicara a trabajos que van a construir una sociedad mejor.
Miguel Blanco Otano.
Madrid, septiembre de 2011.