Bueno, pues tanto hablar y ahí va mi propuesta. Sé que tendrá muchos defectos, pero para eso lo escribo, para que salgan los defectos y sigamos ahondando/investigando/formándonos en este proceso de reforma más que necesaria de la ley electoral.
1) La Ley d’Hont, por lo pronto, puede mantenerse. Aplicando un mínimo de 0,5% (aproximadamente 120000 votos según estas últimas elecciones) para poder entrar en el reparto.
2) Las circunscripciones se eliminarían para el reparto de escaños entre partidos, pasando a tener la llamada circunscripción única. Al fin y al cabo sólo tenemos un congreso, no 52.
3) A posteriori, y una vez asignados el número de escaños para cada partido, se forzaría a los partidos a repartir los escaños entre sus candidatos territoriales en proporción (y corrección necesaria a circunscripciones pequeñas, según corrección actual) a los votos obtenidos en cada circunscripción. Ejemplo: A Badajoz le corresponden 6 diputados sobre 350. Si el PP ha sacado 154 (según simulaciones con circunscripción nacional), por Badajoz saldrían 2,64, ajustable a 3. Los criterios de ajuste serían por redondeo científico y favoreciendo a no dejar a circunscripciones sin representación con más de 0,5 "candidatos".
Posible pega:
1) ¡Ya no votamos personas!
No es cierto. Las listas de candidatos están fijadas para cada circunscripción. Tras votar sabes a qué candidato de qué partido y de qué provincia estás favoreciendo con tu papeleta.
En mi opinión, esto corrige la “de sobra conocida” falta de proporcionalidad votos/candidatos, manteniendo la representatividad de los territorios desfavorecidos.
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