Pero ayer fui a ver competir al equipo de judo del Judo Club Javier Linde. Javier Linde fue (es) mi maestro durante los numerosos años que practiqué judo, en el gimnasio Omikami de Badajoz. Ayer pude sentir por primera vez en mucho tiempo lo que es animar a un equipo que sientes como tuyo, en el que compite gente que son tus amigos, con los que has peleado y entrenado, reñido y reído. En el pabellón donde se disputaba la II jornada de la liga nacional de clubes, había un 99% de deportistas. Cuando uno va al Bernabéu hay 70 mil personas de las que la mayoría no han hecho deporte en su vida, ni lo van a hacer. Es un espectáculo de masas, bastante alejado del deporte.
Cada uno que vaya al Bernabéu, al Vivero, a los campeonatos de Judo o de petanca. Nada más lejos de mi intención criticar las aficiones de nadie. Simplemente quiero recalcar lo emocionante que es apoyar a un equipo del que te sientes parte, aunque hayan pasado casi 20 años desde que saliera de aquel tatami.
Miguel Blanco Otano
Madrid, 22 de marzo de 2015