domingo, 6 de noviembre de 2022

Autocrítica

En la famosa novela Nadie lo supo de Jason Martínez, un padre es retratado cuando su hijo empieza a poner frente a él todo lo que no le ha gustado de la educación que ha recibido. En lugar de, con humildad y ganas de mejorar, escuchar lo que su hijo tiene que decir, el padre se enfada y le dice que su educación ha sido perfecta y que no hay nada que mejorar, y que cualquier cosa que se aleje de ese discurso es un insulto. La brecha generacional de la que habla toda la novela se resume en esta sola discusión.

Ni la novela anterior existe, ni el autor. Lo que sí existe son voces que han tratado se ser críticas con el sistema, sea con canciones, rótulos de RTVE o declaraciones públicas sobre lo imperfecta que es nuestra democracia. Siempre que escucho críticas veo oportunidades de mejora. Sin embargo, nuestra sociedad, anclada todavía en la posición testosteronil del padre de la famosa y ficticia novela Nadie lo supo, no es capaz de admitir críticas, defiendiéndose con cárcel, despidos e insultos.

Una democracia adulta es capaz de escuchar las críticas que puedan derivarse de su comportamiento y escucharlas con atención, como oportunidad única de mejora. No concibo otra manera de ser cada día mejores.

Miguel Blanco Otano
Madrid, febrero de 2021