domingo, 6 de noviembre de 2022

Espacio público

(Publicado en el Diario Hoy el 2020/07/01)

Con las recientes restricciones impuestas por la COVID-19, sobre todo en lo relativo a la distancia física, que no social, y el favorecimiento de los espacios abiertos frente a los cerrados, surge la necesidad de repensar en el espacio público.

Numerosos bares necesitan poner más mesas y más distanciadas en las terrazas para atender a su clientela, para que podamos disfrutar, sobre todo, de los magníficos desayunos que se sirven por estas tierras. Cualquiera que haya salido de Extremadura sabe lo que se echan de menos las migas o esos molletes bien preparados y cortados. Es por eso que hay que mirar de qué manera podemos ser más eficientes para que la tostada de cachuela esté libre de posibles contagios de los churros de la mesa de al lado, y viceversa.

Paso a menudo por la calle Juan Carlos I de Badajoz —pero esta calle representa solo un ejemplo— y veo que siempre, siempre, hay coches parados en doble fila a ambos lados. Afortunadamente, estos no detienen la circulación. Podríamos decir, porque así sucede, que la calle Juan Carlos I es, en realidad, una calle con un único carril en cada sentido. Es la prueba de que el segundo carril no es en absoluto necesario para la circulación y, por lo tanto, podemos prescindir de él. Como digo, esto pasa en muchas más calles de todas las ciudades de Extremadura.

La ciudadanía tendrá que elegir entre más espacio para nuestros desayunos o más espacio para que algunos conductores paren en doble fila saltándose la ley. Yo, desde luego, lo tengo claro.

Miguel Blanco Otano
Badajoz, julio de 2020

Autocrítica

En la famosa novela Nadie lo supo de Jason Martínez, un padre es retratado cuando su hijo empieza a poner frente a él todo lo que no le ha gustado de la educación que ha recibido. En lugar de, con humildad y ganas de mejorar, escuchar lo que su hijo tiene que decir, el padre se enfada y le dice que su educación ha sido perfecta y que no hay nada que mejorar, y que cualquier cosa que se aleje de ese discurso es un insulto. La brecha generacional de la que habla toda la novela se resume en esta sola discusión.

Ni la novela anterior existe, ni el autor. Lo que sí existe son voces que han tratado se ser críticas con el sistema, sea con canciones, rótulos de RTVE o declaraciones públicas sobre lo imperfecta que es nuestra democracia. Siempre que escucho críticas veo oportunidades de mejora. Sin embargo, nuestra sociedad, anclada todavía en la posición testosteronil del padre de la famosa y ficticia novela Nadie lo supo, no es capaz de admitir críticas, defiendiéndose con cárcel, despidos e insultos.

Una democracia adulta es capaz de escuchar las críticas que puedan derivarse de su comportamiento y escucharlas con atención, como oportunidad única de mejora. No concibo otra manera de ser cada día mejores.

Miguel Blanco Otano
Madrid, febrero de 2021

Los futbolistas se duelen

(Publicado como carta al director en El País el 29 de junio de 2022)

Es una expresión que se ha popularizado entre los comentaristas de los partidos de la Eurocopa y que reconozco que nunca había escuchado. Sí que me son familiares otras como “le duele”, o “se queja”, aunque imagino que decir que un futbolista se queja no es propio de un mundo donde la testosterona es la moneda oficial. Pero sí, básicamente es lo que más hacen los futbolistas hoy día: quejarse.

Miguel Blanco Otano
Madrid, junio de 2021

sábado, 5 de noviembre de 2022

Ejemplaridad

Doy por hecho que es imposible educar a mis hijos sin predicar con el ejemplo. De la misma forma pienso que es imposible que la policía transmita y fomente el respeto a las leyes si ellos no las cumplen. Se saltan semáforos en rojo sin estar en urgencia, aparcan en doble fila o encima de la acera, bloquean calles parando donde les da la gana, habiendo espacio para hacerlo correctamente, ... Todo esto limitando mis comentarios a la circulación vial. No hablo de casos más graves y delictivos que vemos en las noticias y que son, ya sabemos, casos aislados. Lo que describo es un comportamiento totalmente normalizado y aceptado, cuando no debería de ser así.

Es una actitud de quien se sabe por encima de la ley. Sé que son cuestiones menores, pero deja entrever una forma de entender la igualdad y el respeto a la ley que está muy lejos de la escrupulosidad que yo espero de quien es garante de la ley y tiene, además, el monopolio de la violencia.

No se puede educar si no es desde la ejemplaridad. No se puede exigir respeto por las leyes sin respetar las leyes.

Miguel Blanco Otano
Madrid, junio de 2022

Compartir

Te sientas en un banco, o en una terraza en un bar. A los cinco minutos llega otra persona y se pone de pie, a tu lado, a esperar —presionar en silencio— a que termines tu consumición o que desalojes el banco. Es raro ¿verdad?

Pues esa es la dinámica habitual que tienen que sufrir mis hijos cuando se suben a un columpio en el parque. ¿Por qué los estándares de educación y urbanidad son diferentes para niños y adultos?

Miguel Blanco Otano
Madrid, septiembre de 2022