El fútbol está muy bien como está, pero a mí es que me gusta más el deporte que la competición y las apuestas. Así que en aras de fomentar el deporte y el juego limpio, en mi opinión se deberían cambiar algunas reglas:
1) No engañar. A día de hoy es muy común tratar de engañar al árbitro, comúnmente, tirándose al suelo, o exagerando dolores. No me creo que un tío con esa musculatura y ese estado de forma pueda caer por patadas tan suaves como reciben en algunos casos. O que caigan desplomados al suelo cuando un rival les toca la cara.
Solución 1: un becario o dos viendo los partidos en vídeo los lunes después de la jornada, y todo aquel que, de manera evidente, se haya dejado caer o cualquier otra acción cuyo propósito sea engañar, exagerar o confundir al árbitro: dos partidos de sanción.
Solución 2: cuando el árbitro observe que la infracción ha sido exagerada por parte de la víctima (falta exagerada con un piscinazo) se anula la posible infracción que se debería señalar.
2) Penalty: el penalty no debe considerarse únicamente conforme a dónde sucede, sino también conforme a qué jugada interrumpe: un portero derribando al atacante fuera del área, que se quedaría solo de cara a portería, se castiga sólo con una falta, mientras que una mano suelta en un córner, que casi nunca acaban en gol, sí es penalti. No es lógico.
Solución: dar libertad al árbitro de interpretar cuando la situación es de verdadero peligro y entonces ahí conceder penalti. El mismo criterio de cuando se enseña roja o no por ser último jugador, vaya, aplicado también al penalti.
3) La ley y la justicia: miren esta situación. Último minuto de la prórroga de las semifinales de la copa del mundo de 2010. Mano en la línea de meta que evita el evidente gol de Ghana contra Uruguay. La ley dice que es penalti y expulsión y así sucede. Luego fallan el penalti y van a tanda de penaltis donde con el bajón de moral, pierden. Es acorde a la ley pero no es justo. La ley, en este caso, está favoreciendo al que hace trampas.
Solución: lo justo es que si alguien interrumpe algo que de manera natural acabaría en gol, que se conceda gol. El penalti en este caso no es un castigo, es un favor para el que ha cometido la infracción. En baloncesto ya sucede así cuando taponas con el balón cayendo o tras tocar el tablero. Y en general, cualquier infracción que permita beneficio al infractor, es que no está bien sancionada.
4) El fuera de juego: si a la hora de recibir la pelota, ya no estás adelantado, ya no hay posición ventajosa. Considero que no tiene sentido pitar ahí fuera de juego.
Solución: pitar fuera de juego sólo si el atacante está en esa posición en el momento de dar el pase y en el de recibir la pelota.
Hay otras muchas reglas que yo cambiaría, como introducir ayuda por vídeo en grandes eventos y cosas así, pero me conformo con que se trate de buscar honestidad en el juego y en el deporte.
Miguel Blanco Otano
Paris, mayo de 2013