Con las recientes restricciones impuestas por la COVID-19, sobre todo en lo relativo a la distancia física, que no social, y el favorecimiento de los espacios abiertos frente a los cerrados, surge la necesidad de repensar en el espacio público.
Numerosos bares necesitan poner más mesas y más distanciadas en las terrazas para atender a su clientela, para que podamos disfrutar, sobre todo, de los magníficos desayunos que se sirven por estas tierras. Cualquiera que haya salido de Extremadura sabe lo que se echan de menos las migas o esos molletes bien preparados y cortados. Es por eso que hay que mirar de qué manera podemos ser más eficientes para que la tostada de cachuela esté libre de posibles contagios de los churros de la mesa de al lado, y viceversa.
Paso a menudo por la calle Juan Carlos I de Badajoz —pero esta calle representa solo un ejemplo— y veo que siempre, siempre, hay coches parados en doble fila a ambos lados. Afortunadamente, estos no detienen la circulación. Podríamos decir, porque así sucede, que la calle Juan Carlos I es, en realidad, una calle con un único carril en cada sentido. Es la prueba de que el segundo carril no es en absoluto necesario para la circulación y, por lo tanto, podemos prescindir de él. Como digo, esto pasa en muchas más calles de todas las ciudades de Extremadura.
La ciudadanía tendrá que elegir entre más espacio para nuestros desayunos o más espacio para que algunos conductores paren en doble fila saltándose la ley. Yo, desde luego, lo tengo claro.
Numerosos bares necesitan poner más mesas y más distanciadas en las terrazas para atender a su clientela, para que podamos disfrutar, sobre todo, de los magníficos desayunos que se sirven por estas tierras. Cualquiera que haya salido de Extremadura sabe lo que se echan de menos las migas o esos molletes bien preparados y cortados. Es por eso que hay que mirar de qué manera podemos ser más eficientes para que la tostada de cachuela esté libre de posibles contagios de los churros de la mesa de al lado, y viceversa.
Paso a menudo por la calle Juan Carlos I de Badajoz —pero esta calle representa solo un ejemplo— y veo que siempre, siempre, hay coches parados en doble fila a ambos lados. Afortunadamente, estos no detienen la circulación. Podríamos decir, porque así sucede, que la calle Juan Carlos I es, en realidad, una calle con un único carril en cada sentido. Es la prueba de que el segundo carril no es en absoluto necesario para la circulación y, por lo tanto, podemos prescindir de él. Como digo, esto pasa en muchas más calles de todas las ciudades de Extremadura.
La ciudadanía tendrá que elegir entre más espacio para nuestros desayunos o más espacio para que algunos conductores paren en doble fila saltándose la ley. Yo, desde luego, lo tengo claro.
Miguel Blanco Otano
Badajoz, julio de 2020